3 – Los primeros años del Club Tacuarembó

Por Dr. José Gómez Lagos

En el tiempo de fundación del Club, las miradas de la ciudad recaían sobre la calle entonces conocida como “de la Estación” (Ituzaingó). De allí que fuera la primera vía hormigonada de la ciudad, que a su vera se construyera el Cuartel del 5” de Caballería y que fuera preferida para establecer el Consulado francés. Ya existía el Paseo Primavera (Parque Rodó), el primer puente en Paso del Bote (de madera), el predio de “Laguna de las Lavanderas” estaba incorporado al dominio público, hacía tan solo cinco años que se había instalado la luz eléctrica. La ciudad todavía no tenía agua corriente. Respecto a la gran novedad de los automóviles, todavía no alcanzaban la docena. Alrededor de la Plaza 19 de Abril se destacaban los edificios de la Jefatura de Policía, Iglesia (futura Catedral), Intendencia, Teatro Tacuarembó o Escayola. El principal medio de transporte era el ferrocarril -Compañía inglesa- con tradicional e intenso bullicio en los alrededores de su estación. Antes de cumplir su primer mes de ejercicio, la primera Comisión Directiva del Club Tacuarembó adquirió en cuotas un Autopiano marca Zeitter (aparato similar al piano, pero que también puede reproducir música de manera automática). Como se comprenderá, establecer físicamente al novel Club, era una de las primeras prioridades. Con tal fin, en noviembre de 1921 se comprometió la compra de un solar de Juan Bernasconi y Arturo Romay, ubicado en la intersección de calles Gral. Flores e Ituzaingó. Mientras tanto, algunas actividades se desarrollaban en instalaciones del Concejo de Administración. Recién en noviembre de 1922 se logró destinar recursos para arrendar el local de calle 18 de Julio esquina Sarandí, donde actualmente funciona el Scotiabank (anteriormente Banco Comercial). Era notoria la avidez por lectura e información, entonces se comenzó a recibir “La Democracia”, “El Sol”, “El Bien Público” y “El Día”. Al languidecer el año 1923, fue electo presidente el Esc. Antonio Casas, acompañado en Secretaría por el Dr. Zacarías Rocca Esteves (abogado). Sin pérdida de tiempo se nombró la Comisión de Biblioteca, ante evidente necesidad, se adquirió el primer mueble con tal destino. Como los precedentes, fue un año de intensa actividad. Al aproximarse la finalización del período se acercaba la conmemoración del segundo aniversario, que brilló con un recordado Recital de Guitarra del notable concertista, Rosendo Barreiro. Pocos días después, en octubre de 1924, resultan electos Atanacio Viera como presidente y Juan Landó Tiscornia como secretario. Se continuó con la formación de la Biblioteca (solventada con contribuciones extras) y se sumaron las suscripciones de “El Imparcial”, “El País”, “La Mañana” y “Revista de Actualidades”. En enero de 1925 sobreviene solicitud de entrega del local para construcción del Banco Comercial. Entonces, la Sede se traslada a la intersección de calles 25 de Mayo y Dr. Catalina (anteriormente domicilio del Cnel. Ernesto Escobar), donde actualmente funciona la Policlínica de COMTA. En el otoño del mismo año -centenario de Declaratoria de nuestra Independencia- el deleite sobrevino con el Recital de Piano de Estela Baldriz. La vida cultural se enriquecía. Algunos meses des- pués se adquirió el primer piano del Club -instrumento francés, marca Gaveau- con entrega del Autopiano Zeitter como parte del precio. Un mojón fundamental, era la reafirmación de un rumbo claro con horizonte que se avizoraba promisorio. En el mismo año (1925) ante licencia concedida al presidente Viera, asumió el Dr. Alberto Barragué, que pronto comenzaría extenso período como director del Hospital de Tacuarembó. Previo a la transmisión presidencial, se adquirió del Dr. Alberto Moroy una antigua casona, escritura del 11 de junio, autorizada por el Esc. Celiar Ortiz. Como parte de pago se permutó el solar de calle Gral. Flores, con saldo garantizado por hipoteca (cancelada en 1932). Por fin, Sede propia. Otro sueño cumplido. Una nueva etapa comenzaba.

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